La inflación y la rigidez de los reguladores disparan el número de licitaciones públicas desiertas
Este verano, la patronal CEOE alertaba sobre el elevado número de licitaciones vinculadas a fondos Next Generation –una de cada 10- que están quedando desiertas, un verdadero despilfarro de recursos públicos y, en muchos casos, subvenciones europeas perdidas porque no hay contrato que subvencionar. Todos los agentes apuntan como causa del problema hacia una inflación de materias que hace ruinosos muchos de esos contratos para las empresas, pero, también, a la falta de realismo de unas entidades públicas demasiado acostumbradas a redactar pliegos sin escuchar a las empresas licitadores.